Fui títere de tus intenciones y nunca dije ni una sola palabra porque pensaba que era por el placer de ayudarte, de no dejarte caer y por amarte tener la responsabilidad de compartir tu pesar, hasta debería aplaudirte, jamás se me hubiera ocurrido una táctica así para poderme aprovechar de alguien. A me siendo responsable de las acciones de mi sentimiento, ame estando consciente que tal vez tu forma de amar era diferente, pero nunca vi que en realidad estabas demente y que sacar un beneficio personal era la único que veías en nuestra relación.
No hablo como victima, hablo como la mujer que entrego todo para ayudarte, para hacerte feliz y esa mujer que nunca falló. Pero me canse de tus tratos y de tus pasos por encima mío, nunca nadie puede ser tan tonto como para dejarse así de alguien. Duele aceptar lo que siempre tuve enfrente y para no sentirme mala fue más fácil cubrir con una tela transparente, fue mayos mi vergüenza que el amor que por ti un día profese, me dio pena ser la misma mujer ridículamente abnegada a tu antojo. Hoy no puedes pisarme porque me levante y pude darme cuenta que eres más pequeño de lo que yo recordaba.
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